Sandra cuida a su madre Eda desde hace más de 15 años, debido a los estragos que conlleva su enfermedad. Un Alzheimer que no solo absorbió los recuerdos de una vida completa sino también las funciones mínimas para mantener su autonomía. Tras años dedicados a su madre, hoy Sandra teme por la vida de Eda ya que se encuentra en el grupo más expuesto al coronavirus. Una realidad que viven cientos de mujeres que han debido hacerse cargo de sus padres en la última etapa de sus vidas, trabajo que no es reconocido por el Estado y que carece de toda protección social.

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Antonia Muñoz

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile