En Chile, la lucha libre deleita a miles, con escaleras y sillas volando cada semana. ¿Qué motiva a alguien a subir al cuadrilátero? Jorge Vergara, ganador de la triple corona del Campeonato Nacional de Lucha y referente local de la disciplina, parece saberlo.

 

Décadas después del cachacascán y de los Titanes del ring, en 2015 la lucha libre profesional se instaló en Chile de la mano del Campeonato Nacional de Lucha Libre (CNL), que agrupa a luchadores locales, en busca del mejor de cada temporada. Ese mismo año se realizó el primer torneo nacional, y quien se llevó a casa el codiciado cinturón de oro, cuenta su historia.

La final de ese primer torneo se realizó una tarde de noviembre. El humo subía por el escenario, mientras de fondo sonaba “Epic”, la canción de Faith No More, acallada por los gritos del público. Entre aplausos y abucheos, la presentadora dio la bienvenida: “¡Eddie Vergara!”. Es el nombre de combate que escogió Jorge Vergara.  Compenetrado en su papel, el floridano atravesó la cortina de humo y subió al ring. A torso desnudo, con una bandera chilena amarrada a su cadera, se subió a las cuerdas del cuadrilátero, dejando ver unos pantalones azules y dos largas botas de un rojo vibrante. Tras él apareció Harold Rock, su oponente, saludando al público mientras se quitaba una chaqueta negra, quedando cubierto únicamente por una zunga de cuerina, aparte de las rodilleras.

Con ambos luchadores sobre el ring, el ambiente estaba tenso y el público, expectante. Vergara y Rock se desafiaban mutuamente. Tras un movimiento fugaz, el segundo baja del cuadrilátero, dándole tiempo al primero para armar una escalera que le lanzarían en el momento oportuno. Vergara alcanza a subir al peldaño más alto, cuando aparece de nuevo su oponente, esta vez con otra escalera entre las manos, obligándolo a bajar. Ya con Vergara en el suelo, lanza la estructura metálica sobre su cuerpo, dejándolo caer sobre el ring. En tanto, cuelga desde el techo el premio mayor de la jornada: un cinturón dorado.

La vida de Jorge Eduardo Vergara Ponce ha estado ligada al deporte y a las artes escénicas. De niño, fue gimnasta, porrista, basquetbolista y miembro de los talleres escolares de teatro. Cuando terminó la enseñanza media, comenzó a practicar judo: fue su primer acercamiento a los deportes de contacto. “Siempre fui muy inquieto”, cuenta. “Además, me gustaban mucho las películas, la acción y la lucha. Siempre estaba haciendo cosas que me mantuvieran activo y, a medida que fui creciendo, se fue armando todo para tomar el camino que me llevó a combinar la lucha y el stunt [Vergara es doble de riesgo]”.

Sus inicios en esta disciplina se remontan a 2006. Eddie Sharkey, conocido como “el entrenador de los campeones”, le enseñó el estilo americano de lucha, llamado wrestling, el mismo que hoy se practica en el CNL. Luego, combinó estos conocimientos con lo que adquirió en la Australian Stunt Academy en Brisbane, de donde se graduó en 2011. Tres años más tarde, perfeccionó su técnica en un stage combat en la Pace University (Nueva York). También se creó un personaje, “The Chilean Export”: un viñatero que dice tener dinero, pero no clase. De vuelta en Chile, ha combinado cursos de especialización en amarres y rings, con participaciones en cine y TV, como doble o como coordinador de dobles (En Prófugos, Sitiados y Una mujer fantástica, entre otras).

**********

Eddie Vergara se levanta en el ring. Harold Rock vuelve a golpearlo: lo lanza contra las cuerdas y, tras el rebote, lo arroja nuevamente al suelo. El luchador de botas rojas se levanta otra vez y, con decisión, golpea al contrincante en la cara, repetidas veces, para finalmente empujarlo contra la escalera que descansa en una esquina del cuadrilátero. Se escuchan los aplausos y gritos eufóricos del público. Sonriente, Vergara toma de los peldaños la estructura metálica, dejándola caer sobre su oponente, quien se retuerce de dolor.  Lo golpea insistentemente en el estómago y, con rabia, deja la escalera sobre Harold Rock, para saltar sobre ella y terminar su hazaña. El árbitro se acerca a contar, pero el luchador de zunga negra consigue a duras penas ponerse de pie, apoyándose en las cuerdas.

El estilo americano es conocido internacionalmente por la World Wrestling Entertaiment (WWE), la mayor empresa en el mercado de la lucha libre. Es la liga que Vergara ha seguido desde niño y donde conoció a sus principales referentes. “Eddie Guerrero es el más grande de mis íconos”, cuenta Vergara acerca del luchador fallecido en 2005 y que a su juicio supo combinar deporte y espectáculo. “Para mí, es el ideal de un luchador y, por eso, me preocupo mucho de mi técnica, de perfeccionarla”.

Harold Rock se recupera y vuelve a la lucha. Los golpes van y vienen. Se enfrascan en una disputa por quién golpea más fuerte al otro con la escalera, hasta que esta se rompe. Les lanzan otra, pero el ring ya no es suficiente. Al estilo de los gladiadores, descienden y continúan la pelea en medio de los espectadores, obligándolos a dejar sus asientos. Ambos respiran, jadeantes, y las gotas de sudor recorren sus cuerpos.

“Este es el lugar donde se conjugan todas las cosas: habilidades atléticas, el combate, la técnica, el carisma”, afirma Vergara. “Se practica un deporte, pero no hay que dejar de lado el espectáculo. Es una mezcla muy bonita. Desde que te sientas, ya estás viviendo un espectáculo: se apagan las luces, entra el anunciador, se oye la música. Todo eso es una atmósfera que hay que crear.  Lo otro es el combate”.

Localmente, Vergara ha participado en diversas asociaciones, como Xtreme Lucha Libre Chile, Arica Lucha Libre e Impacto Calama, entre otras, ninguna de las cuales funciona como una empresa, a diferencia de Campeonato Nacional de Lucha Libre. Igualmente, asegura que cada pelea que ha tenido en el extranjero ha sido fundamental, “porque realmente ahí uno muestra lo que vale.”

********

Ya van casi quince minutos de pelea, y los luchadores están desgastados. Vuelven a subir al cuadrilátero, pero esta vez para dar fin al enfrentamiento. Los golpes ahora son decisivos y, a pesar del evidente cansancio, la violencia no merma. Harold Rock, inyectado de energía, azota a Vergara contra el suelo: parece un déjà vu del inicio de la pelea. El hombre de las rodilleras comienza a subir la escalera. La victoria está cerca, al igual que el premio. Faltan segundos para que el espectáculo termine. El público está en silencio, esperando la celebración, pero todo se detiene cuando Vergara aparece bajo la escalera, empujándola y lanzando a Rock por los aires. El luchador cae fuera del ring, en medio de los gritos. Eddie, en tanto. sube jadeante la estructura y, a duras penas, toma el cinturón con sus manos, levantándolo sobre su cabeza. Es el triunfador del primer CNL.

Aunque considera que sus mayores logros asoman en su carrera internacional, Vergara piensa que el gran hito fue ganar la triple corona local (los campeonatos nacional, metropolitano y por equipos). Fue el primero en lograrlo y, hasta ahora, el único.

Abrim Ramírez

Estudiante de Periodismo, Universidad de Chile.